sábado, 8 de septiembre de 2012

anexo género lírico segundo medio


Elementos Constitutivos del Poema

Elementos externos del poema

Consideramos, entre ellos: el ritmo, la rima, el verso y la estrofa.
A veces, como lector de poesía, puedes correr el peligro de contentarte nada más que con una pasajera emoción y el agrado de las cualidades melódicas de los versos. En tu sensibilidad y capacidad de deleite estético, se produce, entonces, una modorra, como un dormirse acompañado de una dulce melodía mozartiana. Y te quedas ahí, un poco al lado de afuera de la poesía. Decimos peligro, porque, al encontrarte después con una obra sin las hechuras del verso tradicional (ritmo marcado o puramente externo, rima invariable, métrica fija), puedes asustarte y retroceder ante la aparente dificultad.
Gustavo Adolfo Bécquer diría que te quedas con la "poesía que tiene un valor dado... la poesía de todo el mundo..." No con aquélla' 'que carece de medida absoluta...", "la poesía de los poetas".
De aquí deriva, pues, la necesidad de que te informes y aprendas a conocer y reconocer la presencia de los distintos elementos que forman parte integral de un poema. Estos elementos técnicos y/o caracteres suelen llamarse "recursos" (en el sentido de bienes, medios, acervo; por ejemplo: "los recursos minerales del país"). Estos recursos pueden ser accidentales o externos (como la rima, el verso, la estrofa, etc.) o sustantivos, creativos (como la imagen, la metáfora, el símbolo, etc.). Todos son parte ajustada e integral del poema que trae su propia ley o norma interna, "superior, válida para cada obra de i arte individual", como afirmaba F. Benito J. Feijoo.

Tanto el ritmo externo, marcado por los "1os acentos, como la rima y la métrica o medida, pueden faltar en un poema. No son elementos consustanciales a la poesía, pero ayudan a estructurar el lenguaje poético: le confieren virtudes musicales e incluso visuales, sonoridad y existencia imaginativa. Si están presentes en una obra, quiere decir que son necesarios y que provienen de su interior.

A)   El Ritmo. El vocablo proviene del verbo griego "rhein", fluir. Suele tomarse como sinónimo de cadencia, armonía. Sin embargo, J. Pfeiffer distingue entre el ritmo como "una especial tensión y vibración interior" y; la cadencia métrica, determinada por los  acentos. En efecto, esa cadencia sonora puede ser la misma en distintos versos, casi un esquema transferible. Pero el ritmo interno, que es el reflejo de un temple o estado de ánimo humano individual, es intransferible. Un poeta no podría continuar el poema de otro poeta. Así, se nos aparecen muy distintos poemas que tienen una misma estructura métrica y acentual. Por ejemplo:
"Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!"
(Gustavo A. Bécquer)
"¿Para qué llamar caminos
 a los surcos del azar...?
Todo el que camina anda,
como Jesús sobre el mar". (Antonio Machado)

Los versos de cada ejemplo son octosílabos con acento necesario en la 7a sílaba. '''En cuanto armonioso sucederse de fenómenos producidos periódicamente, es decir, repetidos a intervalos más o menos regulares, el ritmo existe en todo lo creado, En el universo, por caso, hay un ritmo temporal: día-noche; luz-sombra; primavera-verano-otoño-invierno. Hasta en nuestra sangre. Justamente, la carencia dé ritmo en su fluir (pulso) se llama arritmia. El ritmo no es característico sólo de la poesía o de la música (sonoridad de los acentos, tiempos, silencios o pausas). Hay también ritmo visual. Observa, si quieres comprobarlo, algunas composiciones de la pintura, la escultura, la arquitectura, el ballet, atendiendo a colores, formas, figuras, volúmenes, movimientos (cerros, árboles, olas, grecas, etc.)
En el verso castellano, desde el ángulo de su percepción auditiva, el ritmo se produce por la disposición y repetición del acento a intervalos regulares. Esta regularidad acentual distingue al verso de la prosa; lo que no significa que ella no esté sujeta también a su propia cadencia y sonoridad. Según la distribución del acento, se producen grupos de sílabas o cláusulas rítmicas. Sólo hay tres posibilidades: el acento cae cada dos, tres o cuatro sílabas: ritmo binario, ternario y cuaternario, respectivamente, muy escaso este último, llamado también "peánico"

 Tres observaciones importantes:
En primer lugar, ten presente que ahora hablamos de verso, rima, acento, etc., y no de la calidad poética de los versos y/o estrofas propuestos como ejemplos. Luego nos referimos a la importancia o naturaleza del acento dentro del verso.

 En la formación de las cláusulas rítmicas, "no todos los acentos son necesarios o constituyentes:

"Yo soy aquel que ayer no más decía
 el verso azul y la canción profana..."
(Rubén Darío)

Para obviar la monotonía o sonsonete, se evitan algunos o se ponen acentos auxiliares del ritmo. En El Ruego de Gabriela Mistral, son necesarios nada más que el acento de la 6a y 13a sílabas. Sin embargo, tú puedes encontrar otros acentos como: Señor, sabes, encendido, seres, vengo, panal, etc.

"Señor, tú sabes cómo con encendido brío,
por los seres extraños mi palabra te invoca.
Vengo ahora a pedirte por uno que era mío,
 mi vaso de frescura, el panal de mi boca."

Norma del Acento Final: En tercer lugar, veamos la norma del acento final. En los versos se cuenta una sílaba métrica más después del último acento. Según el acento final, a los versos que terminan en palabra aguda o monosílabo, se les cuenta una sílaba métrica más; los terminados en palabra grave quedan con su número igual de sílabas; a los que terminan en esdrújulas se les resta una sílaba, y en sobresdrújulas, dos.  Ejemplo:

"Y-di-ce-cón-ta-me-lo   7-2=5
sua-cen-to- lú-gu-bre     6-1=5
yen-to-neal- him-no       5-0=5
 la-dul-ce-voz"               4+1=5

3. Los tratadistas llaman verso masculino al que termina en sílaba acentuada (palabra aguda o monosílaba) y verso femenino al que concluye en sílaba no acentuada.

B) La Rima. Este recurso puede faltar en el verso (verso libre y verso blanco) y suele aparecer en la prosa. No es, por tanto, esencial. Sin embargo, al igual que el ritmo, sirve para dar estructura, existencia singular y sonoridad al verso. Ya en 1492, el autor de la primera Gramática Castellana, Elio Antonio de Nebrija, decía a este propósito: "el que oie no mira lo que se dize: antes como en suspenso, esperando el consonante que se sigue". Ritmo y rima acercan y emparentan -en la modulación y armonía- a la poesía y la música. Los sonidos que retornan después de cada verso son como notas y/o tiempos de una melodía:

"Y así, aspirando al cielo
 y aspirando a la tierra, y aspirando
 a la quietud y al vuelo,
 en este inquieto viaje,
 me siento derribar de cuando en cuando
 por el contrario oleaje..." (Diego Dublé Urrutia)


"El Arcángel San Gabriel,
entre azucena y sonrisa,
 biznieto de la Giralda,
se acercaba de visita.
En su chaleco bordado
 grillos ocultos palpitan.
Las estrellas de la noche
se volvieron campanillas." (Federico García Lorca)

La definición tradicional dice que llamamos rima a la igualdad o semejanza que se produce en los sonidos finales del verso.

Relee y "oye" el primer fragmento: de inmediato podrás reparar en la rima: cielo -vuelo; aspirando - criando; viaje - oleaje. Esta igualdad de los sonidos finales a partir de la última vocal acentuada, se llama rima consonante o perfecta (en el sentido de completa).

En el fragmento del romance lorquiano, verás que las palabras sonrisa-visita-palpi-tan-campanillas tienen iguales la vocal acentuada i y la final a. Esta segunda forma de rima se llama asonante o vocal.

Según su distribución en los versos de la estrofa, la rima puede ser: pareada, alterna, cruzada, encadenada,- interpolada, interior, etc. Solamente algunos ejemplos muy explicativos:

1.      pareada (a/a):

"La primavera ha venido;
             nadie sabe cómo ha sido".
(Antonio Machado)

2.      alterna (a/b/a/b):

"Que eres loba de mar y remadora,
 Virgen del Carmen, y patrona mía,
 escrito está en la frente de la aurora,
cuyo manto es el mar de mi bahía".
(Rafael Alberti)

3.      cruzada (a/b/b/a):

"Que eres mi timonel, que eres la guía
 de mi oculta sirena encantadora,
escrito está en la frente de la prora
de mi navio, al sol del mediodía".
(Rafael Alberti)

4.      encadenada (a/b/a – b/c/b – c/d/c - etc.)

"El moribundo rostro de tu pena
 se hiela y desenlaza grado a grado
 sin su labor de sol y de colmena.

Como una buena fiebre iba a tu lado
 como un rayo dispuesto a ser herida,
 como un lirio de olor precipitado.

Y sólo queda ya de tanta vida
 un cadáver de cera desmayada
 y un silencio de abeja detenida.

¿Dónde tienes en esto la mirada
 si no es descarriada por el suelo,
si no es por la mejilla trastornada?"
(Miguel Hernández)

C) El Verso. En latín, versus significa "par de surcos", el movimiento de ida y vuelta ejecutado por el labrador al arar la tierra. Esto indica que el verso exige una continuidad. Dentro de la estrofa o el poema, el verso es la primera unidad ordenada, "sujeta a medida y cadencia". Aunque se dice que algunos títulos de muchas obras equivalen a un verso, a un verdadero poema, por las sugerencias emocionales y las vivencias rítmicas que evocan, lo cierto es que cada verso pide la repetición, la continuidad del movimiento, es decir, el verso viene encadenado hacia el todo, sea la estrofa o el poema.
 Según la métrica tradicional, el orden del verso exigía un determinado número de sílabas y éstas fijaban el nombre de los versos:

De       dos sílabas      =          bisílabos
De       tres sílabas      =          trisílabos
De       cuatro sílabas  =          tetrasílabos
De       cinco sílabas    =          pentasílabos
De       seis sílabas      =          hexasílabos
De       siete sílabas     =          heptasílabos
De       ocho sílabas    =          octosílabos
De       nueve sílabas   =          eneasílabos
De       diez sílabas     =          decasílabos
De       once sílabas     =          endecasílabos
De       doce sílabas    =          dodecasílabos
De       catorce sílabas =          alejandrinos castellanos

Los bisílabos y trisílabos son muy escasos. Dos ejemplos:

"Noche
triste,
viste
ya,
aire,
cielo,
 suelo,
 mar."
(Gertrudis Gómez de Avellaneda)

"Suspira
la lira
 que hirió
 en blando
concepto
 del viento
la voz."
(José Espronceda)

Según la medida, los versos eran llamados de arte mayor (de más de ocho sílabas) y de arte menor. Los primeros se llamaban también compuestos, ya que, generalmente, estaban formados por dos o tres versos menores. Por caso, un decasílabo, por dos pentasílabos, o un dodecasílabo, por cuatro pies trisilábicos.

Atendiendo al ritmo, los versos estaban constituidos por cláusulas rítmicas: Veamos el siguiente cuadro-resumen:

Ritmos bisílabos:
 trocaico (´--/--/):
"Tengo, tengo, tengo / tú no tienes nada / tengo tres ovejas..."
yámbico (--'/--): "Serénate, alma mía..."

Ritmos trisilábicos:
dactílico (- - - /---/-.. /): "Suban al cerco de Olimpo luciente..."
anfibráquico (---/--'-/.-' ./): "Ya se oyen los claros clarines..." "Cantemos la gloría / del triunfo marcial..."
anapéstico (---/---/--.-/ -): "Esas galas ¡oh, Patria!, esas flores..."

Para medir el verso, necesitas, primeramente, tener buen oído y, luego, recordar algunas normas como la citada ley del acento final y los efectos métricos que producen la sinalefa, el hiato, la sinéresis y la diéresis.

Sinalefa: es la agrupación en una sílaba métrica de dos o más vocales pertenecientes a palabras distintas. Cuando una palabra termina en vocal y la palabra siguiente comienza con vocal, generalmente, las vocales se unen por razones fónico-rítmicas en una sílaba métrica. Puede haber sinalefa incluso cuando las palabras están separadas por un signo de puntuación.
Ej. "Pasóel amor, la lunaen tre nosotros...”

 Hiato: consiste, pues, en la pronunciación en dos sílabas diferentes la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la palabra siguiente. El hiato es frecuente cuando la vocal inicial de palabra lleva acento de intensidad rítmico, especialmente en el caso de la penúltima sílaba del verso. 

Ej. "Lahalla la luna
       No sa-be que es a-mor quien no te a-ma

Los ejemplos anteriores te muestran cómo la sinalefa y el hiato unen o separan sílabas (hacen o deshacen diptongos) entre dos palabras. Los mismos efectos los producen la sinéresis y la diéresis, dentro de una misma palabra.

Sinéresis: es la unión en una sílaba de dos vocales fuertes que gramaticalmente pertenecen a sílabas diferentes. Mientras la diéresis es un recurso culto que produce una pronunciación anómala, la sinéresis se aproxima más al leguaje popular relajado. Su uso es infrecuente.

Ej. "que apenas creoyo..."
Del ge-nio la_au-reo-la ra-dian-te su-bli-me

 Diéresis: es, pues, la separación de las dos letras de un diptongo en dos sílabas para los efectos de la medida de los versos. La diéresis implica una ruptura en la pronunciación normal de una palabra, por lo que coloca especial énfasis en dicha palabra. Su uso no es frecuente en poesía. Se señala colocando una diéresis, dos puntos (ï-ü), sobre la vocal afectada.

Ej. "la del que huye del mundanal ruido..."
      Cuan-to más dí-a de jü-i-cio se_ha-lle

D) La Estrofa. Todos estos conceptos y definiciones usuales han variado con la evolución de la propia creación literaria. Las artes literarias crecen y crean al margen de las reglas y las preceptivas. Todo cambio profundo significa una revolución y abolición de muchas normas. Piensa, por caso, en la poesía de los Siglos de Oro, la del Modernismo y movimiento ulteriores.

La poesía de nuestro tiempo sobrepasa los límites normativos y sólo pide:

"Que el verso sea como una llave Que abre mil puertas..."
(Vicente Huidobro)

Esto no significa olvido o menosprecio de los grandes poemas y formas clásicas. No hay poeta actual, por grande o ultramoderno que sea -aunque utilice el verso libre o el blanco o novedosas y renovadas combinaciones, aunque haya abolido las estructuras del verso y la estrofa-, que no acuda, a veces, al verso y la estrofa tradicionales. Entre nosotros, por ejemplo, lo mejor de la poesía de Pedro Prado está escrita en perfectos pareados o en sonetos, y Neruda escribió un libro entero: Cien Sonetos de Amor. Por otra parte, con el desarrollo de las diversas especialidades de las ciencias literarias y del lenguaje, han aparecido nuevos modos de interpretación, análisis y acercamiento, apoyados por la lingüística, la fonética, etc. Hasta por la computación. Una égloga de Garcilaso ya no es "regular" -dicen algunos-, porque está compuesta de endecasílabos y heptasílabos de distinta frecuencia rítmica.

El verso -hemos dicho- exige continuidad. Su integración en una unidad o estructura superior y más compleja es lo que llamamos estrofa, la cual puedes reconocer, incluso, por su disposición tipográfica:

Algunas de las más primitivas estrofas están en las tiradas del Poema de Mío Cid. Luego hay estructuras más rígidas, como la del tetrástrofo alejandrino o cuaderna vía, usada por los clérigos en su Mester {Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo).

Las normas de la métrica clásica dividen las estrofas en monosilábicas o isosilábicas y polisilábicas o anisosilábicas. Dicho de un modo más simple: o las estrofas están formadas por versos que tienen igual número de sílabas o por versos de distinta medida. Algunos ejemplos de estrofas isosilábicas:

1.         Dístico o pareado:
Dos versos que riman entre sí:

"Con el don impreciso de la luna en el día,
esperaba la pena para dar compañía".
(Pedro Prado)

2.         Terceto:
Estrofa de tres versos, generalmente endecasílabos, que riman: primero con tercero y el segundo con primero y tercero de la estrofa siguiente: a-b-a; b-c-b... La composición escrita en tercetos debe terminar en un cuarteto serventesio. Por ejemplo, la famosa Epístola moral a Fabio concluye así:

"La codicia en las manos de la suerte
se arroja al mar, la ira a las espadas,
 y la ambición se ríe de la muerte.

Y no serán siquiera tan osadas
las opuestas acciones, si las miro
 de más ilustres genios ayudadas?

"Ya, dulce amigo, huyo y me retiro
 de cuanto simple amé; rompí los lazos.
 ven y verás al alto fin que aspiro,
 antes que el tiempo muera en nuestros brazos".
(Anónimo sevillano)

3.         Las estrofas de cuatro versos:

Son de distintos tipos. Veamos algunos:

a)                 Cuaderna vía: cuatro versos alejandrinos monorrimos. (Ej.: Milagros de'Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo.)

b)                 Cuarteto alejandrino: cuatro versos de catorce sílabas con rima a-b-a-b; a-b-a-b:
"Señor, ya me quitaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
 Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar".
(Antonio Machado)

c)         Cuarteto: cuatro versos endecasílabos con rima a-b-b-a.
d)        Serventesio: Cuatro versos endecasílabos con rima a-b-a-b.
e)         Redondilla: Es igual al cuarteto, pero en versos octosílabos:
"Y advierte que mi pasión
se puede tener por cierto,
 que es decir ausente y muerto,
dos veces una razón"
(Francisco Quevedo)

f)         Cuarteta: Es igual al serventesio, pero en octosílabos:
"Y cuando sobre los piques
 de los rotundos faldeos,
iban los viejos caciques
a contemplar los rodeos". (Carlos Pezoa Veliz)

g)         Estrofa sáfico-adónica: Está compuesta de tres endecasílabos y un pentasílabo. "Dulce vecino de la verde selva,
huésped eterno del abril florido,
vital aliento de la madre Venus,
céfiro blando".
(E. M. de Villegas)
(Hay un poema de Neruda en esta estrofa: Angela adónica).

5.      Quintilla: Cinco versos octosílabos que riman 1-3-5 y 2-4:

Yo vine donde al volver
 será morir y acabar,
 y vi donde el mismo ver
 fue ocasión para cegar
y gloria del padecer." (Francisco Quevedo)

5.         Sextina:
Estrofa de seis versos endecasílabos o bien de arte menor. Tiene diferentes formas en cuanto a distribución de la rima. Rubén Darío las compuso en verso alejandrino. Es muy conocida la usada en Martín Fierro:
 "Aquí me pongo a cantar
 al compás de la vigüela,
 que el hombre que le desvela
 una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
 con el cantar se consuela." (José Hernández).

6.         Soneto:
Composición estrófica compuesta de dos cuartetos y dos tercetos. Desde su origen italiano, se compuso en verso endecasílabo. Poetas modernos (Darío, G. Mistral, etc.) han utilizado a veces el alejandrino castellano:

"¿Por qué, decidme, hacia los altos llanos
 huye mi corazón de esta ribera,
 y en tierra labradora y marinera
 suspiro por los yermos castellanos?
Nadie elige su amor. Llevóme un día
mi destino a los altos calvijares
 donde ahuyenta al caer la nieve fría
 las sombras de los muertos encinares
.
De aquel trozo de España, alto y roquero,
 hoy traigo a ti, Guadalquivir florido,
 una mata del áspero romero.

Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero...
¡El muro blanco y el ciprés erguido!
(Antonio Machado)


7. Octava real u octava rima:
Ocho versos endecasílabos. Riman entre sí los versos pares, los impares y los dos últimos: a-b-a-b-a-b-c-c-
"Movióla el sitio umbroso, el manso viento,
el suave olor de aquel florido suelo.
Las aves en el fresco apartamiento
 vio descansar del trabajoso vuelo.
Secaba entonces el terreo aliento
el sol subido en la mitad del cielo.
 En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba."
(Garcilaso de la Vega)

8.         Romance:
Está compuesto por un número indefinido de versos octosílabos con rima en los versos pares. Si los versos tienen menos de ocho sílabas, se llama romancillo:

"Arcoiris, choapino,
maestro de la pirueta,
elefante diminuto,
caballito de madera;
al huir de nuestras manos
que te ceñían la cuerda,
en la fiesta semejabas
un carrusel de banderas.

Trompo de siete colores,
mi corazón te recuerda
 y en su automóvil de sueños
 a contemplarte regresa.
 ¡Y qué suavidades tiene
la ruta que el alma inventa
 para volver a la infancia
 que se quedó en una aldea".
(Alejandro Galaz)

9.         Letrilla:
Consta de un número indefinido de versos de arte menor, con rima asonante. Termina con estribillo (subrayado en el ejemplo):

"Lloraba la niña
y tenía razón
 la prolija ausencia
de su ingrato amor.
Dejóla tan niña,
que apenas creo yo
 que tenía los años
que ha que la dejó.
Llorando la ausencia
 del galán traidor,
la halla la Luna
 y la deja el Sol,
añadiendo siempre
 pasión a pasión,
 memoria a memoria,
dolor a dolor.
Llorad, corazón,
que tenéis razón". (Luis de Góngora)

Veamos ahora estrofas anisosilábicas:

1.                  Estrofa de pie quebrado: coplas de pie quebrado constan de 6 versos de arte menor: 4 octosílabos y 2 tetrasílabos: a-b-c-a-b-c. El mejor ejemplo, las coplas dobles de pie quebrado de Jorge Manrique.

2.         Lira: Versos endecasílabos y heptasílabos. Admite diversas formas rítmicas. La creada por Garcilaso es de 7-11-7-7-11, con rima a-b-a-b-b. Fue la estrofa preferida de Fray Luis de León.
"Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la irá
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento..."
(Garcilaso de la Vega).

Canción: En cuanto estrofa, presenta versos endecasílabos y heptasílabos. En un poema escrito en esta estrofa, la primera es libre, pero todas las demás deben ser iguales a la primera.

4.         Cueca chilena: Es una seguidilla, 8 versos heptasílabos y pentasílabos. El quinto es la repetición del cuarto más la palabra "sí".
"Puede ser un obispo,
puede y no puede,
 puede ser sólo el viento
sobre la nieve;
sobre la nieve, sí,
madre, no mires,
que viene galopando Manuel Rodríguez." (Pablo Neruda)

Estos son algunos ejemplos de la versificación tradicional. La poesía moderna y la contemporánea realizaron un cambio total en la concepción y las formas poéticas.


  Diversas Clases de Poemas Líricos.

a.                  El Himno: Es un canto de homenaje y alabanza. Por ello, tiene un tono solemne y elevado, en estilo más bien apostrófico. Además, un carácter colectivo, de participación comunitaria. Históricamente, aparece antes que otras manifestaciones poéticas. En todas las civilizaciones y principalmente en la griega, era un canto en homenaje a los dioses, héroes que representaban poderes o virtudes superiores, como todavía puede apreciarse en la literatura religiosa. Por ejemplo, el Te Deum Laudamus (a Ti, oh Dios, Te alabamos). Los himnos fueron siempre un canto de participación religiosa o de celebración de fiestas paganas (juegos olímpicos, por ejemplo). Actualmente, los poderes o valores a los cuales se ensalza son de otro orden: la patria, la cordillera, el árbol, la paz, etc.

b.                 El Epinicio: Es una modalidad del himno que pertenece a la lírica coral, pues combinaba la creación literaria con la danza y el canto. Píndaro (518-438 a.C), el más grande poeta de la lírica coral, componía no sólo la poesía y la música, sino también la coreografía. La oda epinicio era un canto en honor a los campeones olímpicos. Píndaro compuso variadas formas: himnos, peanes, cantos de procesión, de alabanza o panegíricos, etc., y empleó abundantemente la metáfora.

c.                  El Ditirambo: Es un poema de mayor exaltación y de entusiasmo casi carismático. Su irregularidad formal se atribuyó a ese ímpetu y vehemencia. Se caracteriza, además, por el predominio de una actitud apostrófica exaltada. Está ligado a los banquetes y fiestas dionisíacas o báquicas.

d.                 La Oda: Se origina en asuntos o gérmenes externos al "yo". En ella, el "tú" no se identifica con poderes sagrados, sino que está más cerca del hablante lírico; se hace más accesible a la contemplación. La oda expresa entusiasmo, adhesión, alabanza, admiración. Por ejemplo: Oda a la Alegría, A la música de Salinas, y cualquiera de los cientos de odas de Pablo Neruda. Existe una gran variedad temática: odas religiosas, cívi¬cas, filosóficas, heroicas, etc.

e.                  La Canción: Este tipo de poema lírico presenta también una variedad de formas.
No debes confundirlo con una clase de estrofa tradicional en versos endecasílabos y heptasílabos. Es difícil definirla, por la diversidad de asuntos que la inspiran. Presenta dos aspectos: el popular y el culto.

La Canción Popular: Nace en forma espontánea, anónima, breve, vivaz, como un reflejo del alma del pueblo. En la poesía española hubo canciones de primavera, vaqueiras, cantigas de amor, de serrana, etc. Por su riqueza, variedad y vigor, influyeron en el romancero, en la lírica culta y en el teatro.

La Canción culta: Tampoco puede enmarcarse en caracteres fijos. El nombre de canción proviene de la "canzone" italiana introducida por Petrarca de los trovadores provenzales. El tema común fue, inicialmente, el amor. En España, la introdujo Garcilaso, tal como ya te hemos dicho. Y casi sin excepción, todos los poetas han escrito canciones: de amor, de olvido, de cuna, de negros, de angelito.

f.                    La Egloga: Se caracteriza por el tono y asunto bucólicos. El tema pastoril y la idealización de la naturaleza son universales. La tendencia a una vida natural procede de la Antigüedad clásica. Así, este tipo de canción sentimental procede de ejemplos de esa época.
Antes de su introducción como poema lírico, la égloga aparece relacionada con el teatro (Eglogas de Juan del Encina), en obras protagonizadas por pastores rústicos. En cuanto canción lírica, la égloga conserva un atisbo de lenguaje dramático y contiene unos personajes -símbolos estilizados de pastores- que encarnan las peripecias amatorias. El gran creador de la égloga en España fue Garcilaso.

g.                  La Elegía: Es un poema de tono nostálgico, el sentimiento o germen más fecundo de la poesía universal. Todo poema es, en el fondo, nostálgico, en cuanto es una evocación. Nostalgia viene de "nostos" = el regreso, lo lejano, lo perdido o no presente, y de "algos" = dolor (neuralgia, cefalalgia). El contenido del poema elegiaco se tiñe de melancolía, aunque no necesariamente de lamento o llanto por la muerte de alguien. Algunas elegías anuncian directamente una queja lúgubre en su título: Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía, de García Lorca. La elegía muy cultivada en nuestro tiempo, ha evolucionado desde el canto fúnebre hasta su libre forma actual: cualquier poema que expresa amargura, mesticia, desconsuelo, evocación de una felicidad ida, la infancia, los sueños, los hermosos años verdes, etc., tiene el tono y el carácter de elegía.

h.                 La Epístola: Como su nombre lo indica, esta clase de poemas es una carta lírica en verso; es un envío. El poeta se dirige a un amigo para confesarle problemas, pesares, para hacer hondas reflexiones religiosas o morales. Generalmente, la epístola se escribe en tercetos endecasílabos con rima encadenada y tiene un reposado tono filosófico o melancólico. Casi todos los grandes poetas clásicos españoles compusieron epístolas.

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